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Blanca quiere ser astronauta

Blanca, una joven ingeniera aeronáutica, ha conseguido el permiso de su empresa para faltar hoy al trabajo. Lleva tiempo esperando la presentación en España de la campaña de reclutamiento de astronautas de la ESA, la Agencia Espacial Europea, y el momento ha llegado. Ha cogido el coche y, junto a otros compañeros, se han dirigido a las instalaciones de la agencia en Villafranca del Castillo, donde se ha organizado una rueda de prensa para hablar sobre esta convocatoria. Blanca ya conoce los detalles del proceso de selección gracias a internet, pero cualquier información adicional le servirá de ayuda para cumplir su sueño: ser astronauta.


Astronauta de la ESA durante un paseo espacial, el sueño de Blanca. Foto: ESA/NASA

La ingeniera y sus compañeros se registran para poder acceder al Centro Europeo de Astronomía Espacial (ESAC) de Villafranca del Castillo, un complejo aeroespacial situado en el municipio madrileño de Villanueva de la Cañada, y presidido por un viejo castillo del siglo XV. Las modernas antenas de comunicación sobresalen entre las encinas y los edificios de la instalación. Blanca se dirige al centro de visitantes, que hoy está lleno de estudiantes, ingenieros y licenciados. Aquellos que quieran ser astronautas deben contar con una titulación universitaria en ciencias, ser ingenieros o tener experiencia de vuelo como pilotos.

El director de la ESAC, Vicente Gómez, da la bienvenida a los candidatos y a los numerosos medios de comunicación convocados. Gómez recuerda los últimos éxitos de la ESA, con la aportación a la Estación Espacial Internacional (ISS) del laboratorio científico Columbus y el “Julio Verne”, la primera de las naves de carga ATV. Esta aportación da derecho a los europeos a un 8% de la tripulación, pero actualmente la agencia solo cuenta con ocho astronautas en activo, y su edad media ronda los 50 años. “Hay que renovarse para cumplir con las misiones a la ISS, la Luna o más allá”, dice el director. El sueño de llegar a Marte aparece en la mente de todos los asistentes, incluida Blanca.

Ahora es el turno de Manuel Serrano, el representante de la entidad que gestiona los programas espaciales en España, el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), e informa que harán todo lo posible para que al menos un español o una española sea seleccionado. En cualquier caso Serrano anima a los asistentes comentando que en este proceso “ganamos todos”, porque habrá un representante europeo en la ISS, y por supuesto tanto los seleccionados, a los que les cambiará la vida, como los que no, porque seguirán enganchados al espacio.

Las mayores oportunidades laborales, recordó, siguen estando en los centros de la Tierra, bien trabajando en las empresas que fabrican las naves espaciales o los satélites, o bien en los centros de control y lanzamiento, o en los laboratorios diseñando los experimentos. Blanca lo sabe bien. Ella pertenece a la plantilla de Deimos Space, una joven empresa aeroespacial española. Entre otros proyectos, esta compañía se ha ocupado de definir la trayectoria de Rosetta, la primera nave que aterrizará sobre un cometa en 2014, o diseñar la misión “Don Quijote”, seleccionada por la ESA para defender a la Tierra de asteroides potencialmente peligrosos para la Tierra, como Apophis.

A la sesión informativa también ha acudido el Jefe de Entrenamiento Básico de Astronautas, Antonio Torres, que trabaja en el Centro Europeo de Astronautas de la ESA en Colonia (Alemania). Con voz grave, va enumerando los requisitos que deben cumplir los candidatos: titulación superior, dominio del inglés, superar el examen médico indicado para pilotos, no padecer enfermedades, disfrutar de buena agudeza visual, no ser ni drogadicto ni alcohólico… Las risas del auditorio interrumpen al conferenciante. Torres continúa informando que la edad ideal de los aspirantes debe estar entre los 27 y los 37 años, y Blanca frunce el ceño. Ella tiene 26. El proceso de selección, no obstante, finaliza el año que viene, por lo que entonces ya alcanzará la edad mínima recomendada.

Alguien discretamente llama la atención de la ingeniera. Al parecer, los medios de comunicación requieren alguna chica candidata a astronauta para ser entrevistada. La ingeniera accede, pero no tarda en volver. El jefe de entrenamiento de los astronautas europeos ahora está explicando las fases del proceso de selección. Comenta que la inscripción debe rellenarse en la web www.esa.int/astronautselection, entre el 19 de mayo y el 15 de junio. Se esperan entre 30.000 y 50.000 solicitudes procedentes de los 17 estados miembros de la ESA, para cubrir ocho plazas de astronauta, cuatro titulares y cuatro reservas.

Durante el próximo verano los candidatos deberán superar una primera fase de pruebas psicológicas, y entre septiembre y diciembre se desarrollará otra segunda ronda. Los aspirantes deben demostrar unas capacidades de personalidad y sociabilidad óptimas que les permitan trabajar y convivir, durante seis meses, con un número reducido de personas y en un entorno tan pequeño como es la ISS. En el primer trimestre de 2009 se llevarán a cabo rigurosas pruebas médicas, en las que participaran todo tipo de especialistas para valorar clínicamente a los candidatos, y en el segundo trimestre se realizarán las denominadas entrevistas profesionales. Ésta es la fase que más teme Blanca, porque sospecha que habrá muchos candidatos con mayor experiencia laboral que ella.

Como resultado del proceso de selección quedarán entre 20 y 30 candidatos finalistas, explica Torres, para que sean propuestos a la dirección de la ESA, que es la encargada de tomar la decisión final. Está previsto que en julio de 2009 se hagan públicos los nombres de las personas seleccionadas, que enseguida iniciarán su formación básica en el centro de formación alemán en Colonia. Las tres fases del entrenamiento -básico, avanzado, y el específico de cada misión-, ocuparán gran parte de la carrera profesional de los astronautas. Para alguien interesado en el espacio, piensa Blanca, sólo el hecho de poder acceder a la formación de astronauta ya es muy motivador.

La vida del astronauta, en vídeo

Durante la sesión informativa se proyecta un vídeo que muestra imágenes de los largos periodos de entrenamiento y algunas de las misiones en las que han participado los astronautas europeos, entre ellos Pedro Duque. Al ver el vídeo, Blanca recuerda su etapa de estudiante en 3º de BUP, una época en la que el astronauta español aparecía a menudo en televisión. Igual que a muchos biólogos y naturalistas españoles les inspiró Félix Rodríguez de la Fuente, a esta joven le empezó a interesar el espacio gracias a Pedro Duque. Hoy trabajan en la misma empresa.

Duque también ha acudido a la presentación para comentar su experiencia como astronauta. Reconoce que en esta profesión no siempre es fácil mantener la ilusión durante los largos periodos de formación, “para luego estar en el espacio tan poco tiempo”, y que las largas temporadas fuera de casa también afectan a las relaciones familiares y personales. Lo más gratificante, añade, es el contacto constante con “las mentes pensantes más valiosas de la ingeniería y la ciencia”, y por supuesto, el propio vuelo espacial, un privilegio que solo poco más de 400 personas en toda la historia de la humanidad ha podido disfrutar.

Acaba la sesión informativa, y todos los asistentes se dirigen al hall del centro de visitantes. Entre canapé y canapé se suceden los comentarios, se plantean dudas y se manifiestan ilusiones. El cielo aparece tras los grandes ventanales del vestíbulo, y Blanca lo contempla sonriente.

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